|
||||
|
Hace algún tiempo, en la jungla vivía un ermitaño conocido como Charu. Tenía reputación por ser sabio y maestro muy capaz; en consecuencia muchos de los jóvenes de la aldea recurrían a él, primero por consejos; luego se transformaban en alumnos y más tarde en discípulos. Charu les enseño sobre Dios y sobre las escrituras, diciéndoles que Él podía ser encontrado en todas partes y en todas las cosas, y que nada existe en el universo separado de Él. En particular le gustaba hablar y alabar la vida simple que llevaban los hombres que habían elegido ser ermitaños, apartados de todo ruido y toda competencia mundana. Mientras enseñaba, sus discípulos se sentaban a sus pies, haciendo hincapié en sus palabras y aceptando todo lo que decía sin cuestionar. Entre ellos se hallaba joven llamado Chakrapal, el más obediente y dócil. Tal era su humildad y modestia que, antes de mucho, comenzó a depender enteramente de las palabras de su maestro para todas sus acciones, cesando de emitir cualquier juicio y no decidiendo nada que no se ajustara a algo que hubiera dicho el ermitaño. Esto le traía frecuentes problemas, como veremos pronto. Los discípulos tenían la costumbre de ir diariamente a un río cercano para una zambullida matutina. En una ocasión, después de bañarse, retornaban todos juntos hacia la ermita cuando vieron a un gran elefante avanzando velozmente hacia ellos con la trompa levantada. El conaca, que estaba aguijoneando a la bestia con su tridente, les gritó: -Corran rápido, o él los cogerá con la trompa y los tirará hasta matarlos. Ante esto, ellos se dispersaron escondiéndose detrás de los arbustos y proponiendo salir todos juntos nuevamente más lejos. Pero Chakrapal no corrió. Se preguntó a sí mismo: -¿Qué diría mi erudito maestro sobre esto? ¿Qué haría él? A menudo nos ha dicho: “Dios da bondad al hombre, no maldad; Dios está en todo”. Por lo tanto, El, que está en ese gran elefante, no me hará daño. Habiendo decidido que su maestro se hubiera mantenido firme, confiando en que Dios lo salvaría, ¿Qué podía hacer sino esperar allí? El conductor, viéndolo todavía en el sendero, le grito: -Si valora su vida, salga del camino. El animal, que había sido aguijoneado casi más allá de lo que podía aguantar para hacerlo trotar más ligero, no podía ser ahora refrenado con facilidad, y tan pronto como pudo levanto al desgraciado y agitándolo tres veces en lo alto, lo arrojo lejos. Por el crujido de los matorrales debido a su caída, pareció que había muerto en ese sitio. Cuando no llego con los otros a la ermita, un grupo salió para buscarlo y lo encontró bastante malherido; le hicieron una litera de ramas y lo llevaron a lugar seguro. Después que le hicieron muchas curaciones, él estuvo suficientemente recobrado como para entender lo que le estaban diciendo. -¿Por qué no tuviste en cuenta el aviso del conaca? –le preguntaron-. Seguramente conocía los pasos de la bestia mejor que tú. Chakrapal vaciló gimiendo y respondió: -Nuestro maestro Charu dijo que Dios está en todo. Además nos enseño que El nos da siempre cosas buenas y nunca malas. Yo sentí, por lo tanto, que estaba a salvo en sus manos, pensando que Dios, dentro del gran elefante, no me dañaría. Al escuchar esta explicación, ellos se rieron a carcajadas. -¡Tú, compañero tonto!- exclamó finalmente uno de ellos-, ¿No estaba también Dios en el conductor? ¿Y no te avisό él lo suficiente? ¿Qué debemos pensar de alguien que es tan tonto como para imaginar que Dios nunca habla a través del hombre, a quien ha hecho a Su propia imagen, sino que elige para hacerlo a un animal enfurecido? Almanaque de lo insólito |
Haga clic en el botón gris
Con un clic, puede hacer su donación si usted gusta y la cantidad que usted decida. Cualquier día,
Cuantas veces, …La elección amorosa es imposible en nuestra sociedad…debe aceptarse que el matrimonio no constituye la más alta realización del amor, sino que es una forma jurídica, social y económica, que posee fines diversos a los del amor… ¿Que el terremoto de Haití En Música y Letras no podemos tomar una postura de negación o afirmación de la existencia de Paranoia o “Conspiraciones”, pero creemos que es nuestra obligación cuando menos compartir información que vayamos encontrando... |
||
|