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El Alquimista
- No voy a cobrarte nada ahora - dijo la vieja. - Entonces interprete el sueño - le pidió el muchacho. - Antes tienes que jurar. Jura que me darás la décima parte del tesoro a cambio de lo que yo te diga. El muchacho juro… - Y la interpretación es esta: debes ir hasta las Pirámides de Egipto. Jamás oí hablar de ellas, pero si fue una criatura quien te las mostró, es porque existen. Allá encontraras un tesoro que te hará rico. - ¿Y como voy a llegar hasta Egipto? - Yo solo interpreto sueños. No sé convertirlos en realidad…
- Pero nada de eso está cerca de las Pirámides - dijo el alquimista. - Tengo a Fátima. Es un tesoro mayor que todo éste que conseguí reunir. - Tampoco ella está cerca de las Pirámides... ...Ella ya encontró su tesoro: tú. Ahora espera que tú encuentres lo que buscas. - ¿Y si yo decido quedarme? - Vas a casarte con Fátima y viviréis felices el primer año… Al segundo año te acordarás de que existe un tesoro. Las señales empezarán a hablar de esto con insistencia y tú tratarás de ignorarlas… Al tercer año las señales continuarán hablando de tu tesoro y de tu Historia Personal… y Fátima será una mujer triste, porque hizo que tu camino quedase interrumpido...Pero tú le darás amor y serás correspondido. Vas a recordar que ella jamás te pidiό que te quedases, porque una mujer del desierto sabe esperar a su hombre. Por eso no vas a culparla...Porque lo que mantuvo en el oasis fue tu propio miedo de no regresar nunca. Y a esas alturas, las señales te indicarán que tu tesoro esta enterrado para siempre. Al cuarto año, las señales te abandonarán, porque no quisiste oírlas…A esas alturas serás un rico comerciante… Pero pasaras el resto de tus días vagando entre palmeras y el desierto, sabiendo que no cumpliste tu Historia Personal y que ahora es demasiado tarde para ello. No habrás comprendido que el Amor nunca impide a un hombre seguir su historia Personal. Cuando esto sucede es porque no era el verdadero Amor, aquel que habla el lenguaje del mundo. «Cada hombre sobre la faz de la tierra tiene un tesoro que le está esperando», dijo su corazón... - ¿Por qué los corazones no les dicen a los hombres que deben continuar siguiendo sus sueños? – pregunto el muchacho al alquimista. - Porque, en esta caso, el corazón es el que sufre más. Y a los corazones no les gusta sufrir. El muchacho entendió a su corazón a partir de aquel día. Pidió que nunca más lo dejase. Pidió que, cuando estuviese lejos de sus sueños, el corazón apretase en el pecho y diese la señal de alarma. El muchacho juró que siempre que escuchase esta señal, también la seguiría.
Del libro: "El Alquimista", Paulo Coelho |
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Cuantas veces, …La elección amorosa es imposible en nuestra sociedad…debe aceptarse que el matrimonio no constituye la más alta realización del amor, sino que es una forma jurídica, social y económica, que posee fines diversos a los del amor… ¿Que el terremoto de Haití En Música y Letras no podemos tomar una postura de negación o afirmación de la existencia de Paranoia o “Conspiraciones”, pero creemos que es nuestra obligación cuando menos compartir información que vayamos encontrando... |
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